No te compres el Apple Watch

Cualquiera que tenga una televisión y vea algo de la programación emitida se encontrará sin duda con anuncios de Apple. No tengo una buena opinión de esa marca, no tanto por los productos que fabrican en sí como por las repugnantes políticas de depredación de software libre y posterior cierre de licencias. Y lo dice alguien que hace siglos compró un iPod Classic. Su última creación es el Apple Watch, un dispositivo denominado con el neologismo smartwatch. Esto es, un smartphone capado y del tamaño de un reloj. Obviamente este tipo de aparatos tiene su público y consecuente mercado, en el que no faltan alternativas site de apostas esportivas.
Todos sabemos que Apple hace dispositivos relativamente buenos por un precio desorbitado, aunque el público esté dispuesto a pagar por él lo que piden (motivos como diseño, imagen de marca, etc). Con su nuevo gadget se han pasado. ¿Por qué? Porque lo venden como un reloj. Y no es un reloj, digan lo que digan. Como he dicho antes es un smartphone capado y reducido para poder ser soportable en una muñeca. Da la hora, obvio, pero ¿acaso no la da también un teléfono móvil? ¿Es por ello un reloj? Mi respuesta es un rotundo no.
Hablemos de precios. La versión ‘barata’ en aluminio cuesta en la web de Apple 419€. La versión de caja de acero por 669€. Y lo mejor de todo, sus versiones de ‘lujo’ en oro (amarillo y rosa), atención, de 11200€ a más de 18000€. Bien, estamos hablando de un sencillo dispositivo electrónico con materiales de baja calidad en su gama ‘barata’, y de materiales mejores en la gama alta (cristal de zafiro, oro). Cualquiera que entienda un poquito de relojes (y yo se un poquito), entiende que desorbitado es poco para describir el establecimiento de precios del susodicho invento. El Apple Watch es un dispositivo electrónico, con un hardware made in China que durará de media (calculo) entre 8 y 10 años y cuyo software estará obsoleto en seis meses (según funciona Apple). Distinguidos lectores, ese es el primer indicativo de que no es un reloj. Un reloj, ya sea un cuarzo o mecánico, durará décadas si es de baja/media calidad y toda la vida si se trata de un modelo de lujo. Habrá que cambiarle la pila a intervalos a un cuarzo y un mecánico requerirá una revisión (ajuste, engrasado, etc) cada bastantes años para funcionar como el primer día. ¿Qué hará el dueño de un Apple Watch cuando 6 meses o 1 año después vaya a actualizar el sistema operativo del “reloj” y le sigan “Su dispositivo no soporta la nueva actualización“? ¿Lo venderá, lo tirará, se comprará otro modelo más nuevo? ¿Mantendrá su valor? Obviamente, se depreciará absurdamente en cuanto nazca un nuevo modelo, e incluso las versiones de oro, no valdrán sino su peso en material precioso, nada más. No entro a valorar la funcionalidad y las posibilidades del Apple Watch. Probablemente sea superútil para determinados usuarios e incluso algunos no podrán vivir sin él. ¿Qué ofrece un reloj de verdad frente a este smartwatch? Muchas cosas, buenas y malas. Entre las buenas, pequeños detalles como el valor de reventa, sobretodo en modelos de lujo (pero lujo de verdad, no carcasitas de oro de 18k). Cómprate un Rolex, hazle sus servicios de mantenimiento regularmente y dentro de cuarenta años… ¡oh, sorpresa! no sólo no se habrá devaluado, probablemente lo vendas por más de lo que te costó. ¿Puede decir el Apple Watch lo mismo? Otra ventaja es la duración de la batería. Según Apple 18 horas con un uso moderado. ¿Cuánto dura la pila de un cuarzo? Años. ¿La de un Kinetic de Seiko? Más de diez años. ¿Cuánta autonomía tiene por ejemplo un modelo automático de gama media? Unas 40 horas una vez cargado, e infinita si no te lo quitas de la muñeca más que para dormir aposta esportiva aplicativo.

Esto, es un reloj.

Esto, es un reloj.

Hablemos de la imagen de marca, algo muy subjetivo. Apple es una empresa de tecnología muy bien valorada, hace dispositivos chulos que (casi) todo el mundo quiere adquirir. Pero sus aparatos son made in China, aunque estén diseñados en California. Comparémoslo con marcas de relojes. Tenemos cositas japonesas como Seiko, Orient, Casio y algunos fabricantes de calibres como Miyota. Muchos de ellos fabrican en Taiwan, China y países en vías de desarrollo. Pero sus gamas altas, las mejores y más precisas, se hacen en casa. Tenemos a los suizos… que algo de fama tienen, y bien merecida. Marcas “generalistas” como Omega, Rolex, Oris y otras tantas que a parte de imagen, tienen procesos de fabricación de infarto, mezcla de la última tecnología punta con exquisitas manufacturas artesanales, amén de materiales de primerísima calidad y una larga historia de innovación. Y no hablemos de las joyas de la corona, donde entran Audemars Piguet, IWC, Patek Philippe y algunas más cuyas mejores piezas superan el millón de euros site apostas esportivas.

Esto, también es un reloj.

Y ahora comparamos.
Un Apple Watch de 11200€, ¿vale más o menos que una “baratija” de Rolex? ¿Vale más que un Omega Genève de los años 50 que sigue andando como el primer día? No, no le llega a la suela de los zapatos a dichas marcas.

Esto, es una auténtica obra de arte.

Esto, es una auténtica obra de arte.

Para concluir, no tengo nada en contra del Apple Watch. Repito que habrá cierto público para el que objetivamente sea un dispositivo útil e incluso casi necesario (por determinadas Apps y tal). Sin embargo, no es un reloj. Y punto.

Esto, NO es un reloj. Y es horrible.

Esto, NO es un reloj. Y es horrible.

PD: Una pregunta a mis queridos fanboys de Apple, ¿nos damos un baño en la piscina? Oh, wait! ¡Pero si no es sumergible!

Aún quedan cartuchos por quemar

Saludos de nuevo, terrícolas.

Tras más de un año sin escribir, vuelvo a las andadas diciendo lo de “Que no estaba muerto, que estaba de parranda”. Lo que viene a ser que he estado muy ocupado por temas laborales, de estudios y algo de aikido. Próximamente iré escribiendo artículos focalizados principalmente en política, que es lo que ahora ocupa la mayor parte de mi tiempo e interés.

Nos leemos.

stay

Thinkpad X60 de Gluglug

Hace un par de semanas reventó mi pequeño Asus EEE PC 1001PX. Dos años atrás dejó de funcionar la tarjeta de sonido y el bluetooth; la primera la sustituí con una tarjeta externa Aureon USB. Sin embargo el pequeñín acabó por sucumbir a sus males y dejó de funcionar de repente. Al parecer se trata de algún fallo de la propia placa base, y los recambios cuestan más que uno nuevo, así que empecé a buscar una alternativa. Quería un equipo pequeño, ligero y que ante todo fuese compatible al 100% con software libre. Como los equipos modernos suelen salir con esa basura de secureboot y es un quebradero de cabeza configurar el GRUB para que funcione correctamente, fijé mi atención en un anuncio de la FSF acerca de un portátil 100% libre. Ya me había interesado por la información anteriormente, puesto que preveía que mi portátil acabaría muriendo. La tienda está ubicada en el Reino Unido, y se llama Gluglug. Venden un portátil IBM/Lenovo usado, algo personalizable, con la BIOS original sustituida por Libreboot (Coreboot sin binarios privativos) y con Trisquel preinstalado. Dicho y hecho encargué uno y al cabo de una semana lo tenía en casa. Primero voy con las especificaciones y después con la impresión personal.

Es un Lenovo Thinkpad X60, pantalla de 12,1”, procesador Intel Core Duo L2400 a 1,66 Ghz, tarjeta WiFi actualizada con chip Atheros AR9285 y bluetooth. Yo lo pedí con disco duro de 320GB y 3GB de RAM. La gráfica es una Intel 945GM, 3XUSB, 1xFireWire, 1XIRDA, un puerto ethernet, otro de módem, un lector de tarjetas SD y una salida VGA.

El X60 en todo su esplendor

El X60 en todo su esplendor

Ahora mis observaciones de una semana de uso.

Lo primero es el diseño. Es un ThinkPad, luego es sobrio. Está muy bien construido, es sólido y da una impresión de durabilidad y resistencia. Es pequeño, pantalla de 12.1”, ligero (1,5 KG con batería) y se lleva con comodidad. El teclado es correcto, con una sensación de pulsación similar a la de los sobremesa, aunque he de decir que es un poco incordioso el que sea de tipo UK. Basta con cambiar la distribución del mismo para “españolizarlo”. No tiene el típico trackpad de portátil, sino un pequeño “puntero” de goma roja sensible a los movimientos del dedo, situado en el centro justo del teclado; es raro al principio, pero para mi gusto es incluso mucho mejor que la clásica solución. Tiene un detalle curiosísimo y muy útil para cuando estemos usando nuestro X60 a oscuras: se trata de un pequeño led blando en el extremo superior izquierdo de la pantalla, denominado ThinkLight, que ilumina suavemente el teclado y que se activa con una combinación de teclas.

Puntero del X60

Puntero del X60

En cuanto a software, viene con Triquel 6.0 instalado. Funciona muy bien, el tiempo de arranque es francamente corto, han optado por quitar la animación de inicio y el menú de GRUB desaparece transcurrido uno o dos segundos. Todo funciona perfectamente, a excepción del control de brillo de la pantalla, lo que ayudaría a aumentar la duración de la batería. El procesador es un Core Duo de 32 bits, luego sólo se podrán ejecutar aplicaciones x86, cosa no muy importante en mi caso. El desempeño general es muy satisfactorio: apenas hay demora en el arranque de aplicaciones, los archivos se abren con rapidez, los procesos de copia de ficheros son cortos, sobra memoria RAM y capacidad de HDD, se compila con relativa agilidad… muy bueno para un equipo de estas características.

El pequeño led "Thinklight"

El pequeño led “Thinklight”

En cuanto a cosas mejorables, le veo una: se calienta. No mucho, pero lo suficiente para que tenerlo sobre las rodillas después de horas conectado a la corriente llegue a ser un pelín molesto. El ventilador está casi siempre en funcionamiento, aunque es silencioso y nunca llega a alcanzar grandes velocidades a pesar de estresar la CPU al 100%.

Por lo demás me parece una buenísima compra para un usuario como yo, que no busca un equipo de última generación, ni le preocupa en exceso el diseño ni que tenga algunos años encima… sino algo robusto, a prueba de bombas, que sea fiable y por encima de todo que funcione a la perfección con software libre, respetando mis libertades y mi privacidad.

Si estás de acuerdo con lo expuesto arriba, buscas portátil y te lo puedes permitir, ni se te ocurra dudarlo. ¡Cómpralo ya!

PD: no tiene, afortunadamente, webcam.

PPD: es asombroso lo bien que va y lo resistente que es. Tiene nada menos que ¡¡8 años!! y parece casi nuevo.

Mi gata encima del pequeño X60

Mi gata encima del pequeño X60

¡Donad, malditos!

Esto es un recordatorio para aquellos usuarios que crean que el software cae de los árboles. Pues no. En el mundo del software libre (exceptuando grandes empresas) todo sale de pequeños grupos o programadores individuales; no es su principal trabajo, lo hacen por gusto, amor a la comunidad o por notoriedad, pero siempre lo suben con amor a la red para que todos los demás podamos disfrutar de su obra. En numerosas ocasiones nos quejamos cuando el programa tal o cual nos da un error y señalamos al torpe que picó el código, olvidándonos del curro que se ha pegado el compañero/a programador mientras nosotros nos rascábamos las orejas.

Así pues, como pequeña muestra de agradecimiento y apoyo y para sustentar su trabajo y pagar “detalles insignificantes” como equipos y servidores, no cuesta nada donar dinero. Cada uno en función de lo que tenga y pueda, pero un apoyo económico le sube la moral al programador/a y le incita a seguir mejorando y manteniendo ese software tan genial que nos brindan. ¡Hurra por nuestros programadores de software libre!

PD: a falta de pasta siempre se puede apoyar en estos proyectos con código, traducciones, arte gráfico, difusión, etc.

Nyan Cat en Emacs

Gracias a picandocodigo descubrí el otro día un complemento que justifica completamente el abandono de esa basura llamada vi en favor del todopoderoso-dios-de-los-editores GNU EMACS. Ni más ni menos que… ¡Nyan Cat!

Se trata de un indicador de posición del buffer de pantalla. Para usarlo es tan sencillo como descargar las fuentes de la web del proyecto, copiar el contenido a vuestro .emacs.d/ en vuestro home y añadir lo siguiente en .emacs

(add-to-list 'load-path "~/.emacs.d/nyan-mode")
(require 'nyan-mode)
(setq-default nyan-wavy-trail t)
(nyan-mode)
(nyan-start-animation)

Con estas opciones Nyan Cat tendrá animación y moverá el arcoiris en forma de olas.

Nyan Cat en Emacs.

Nyan Cat en Emacs. On your face, vi!

Ocupadillo

Últimamente escribo muy poco. Ando liado con varias cosas, como la lectura feroz, el aikido, o el maravilloso arte de hacer nada tirado en el sofá.

Me compré uno de esos diabólicos ebook-reader de Sony, el cual he rentabilizado rápidamente leyendo cosas tan dispares como novelizaciones de zombies, Tolstoi, Dostoyevski, clásicos en latín y majaderías japonesas varias. Dada la situación de este pobre país, dominado gobernado por auténticos ineptos, chupasangres inútiles que están acabando por hundir España, con el presidente “plasma” (para los lectores del extranjero, nuestro incompetente presidente Rajoy da las “ruedas de prensa” a través de un monitor LCD), hace ya meses que empecé a empaparme de podcast sobre política y sobre todo de economía, para contrastar las burdas (para mi gusto constitutivas de delito) mentiras que vierten todos los días desde el des-gobierno. Os recomiendo encarecidamente que leáis a los amigos de Colectivo Burbuja y escuchéis su podcast, un grupo de gente de nivel denunciando la estafa a la que se está sometiendo al pueblo español con la excusa de la crisis. La siguiente imagen es verídica. Para los lectores de fuera de España, un detalle de lo que nos está gobernando:

Puta vergüenza

Puta vergüenza

Y eso es todo amigos…